Por Ricardo Gálvez
Hace unos días, les comentamos cómo el ex Ministro de Transportes Juan Silva, se despidió del cargo en medio de fiestas dignas de un “quinceañero” (ver aquí ). Lo que indicamos era que, ese gesto nos demostraba que no les interesa las denuncias por corrupción, que con el que venga pretenden que las cosas sigan en modo “business as usual”, y que saben que nadie los va a fiscalizar. Lamentablemente, no nos equivocamos.
Anoche, el Presidente Castillo juramentó al nuevo Ministro de Transportes y Comunicaciones, Nicolás Bustamante. ¿Quién es ese señor? Un chotano que ha ejercido como secretario general del propio Juan Silva Villegas, el ministro renunciante denunciado por corrupción. Es decir, sacan a Silva y ponen a su operador al mando. ¿Qué es esto si no una burla? Esta es una demostración clara de que Castillo cree que nos puede agarrar de tontos y salirse con la suya. ¡Que siga la juerga, Pedro Castillo ha reemplazado mocos por babas!
Desde este espacio no creemos que Pedro Castillo estaría cometiendo “errores”. Estamos seguros que lo hace a propósito y con conocimiento de causa, sabiéndose inimputable gracias a que la narrativa de la victimización y el comportamiento del Congreso aún son suficientes para garantizar su permanencia impune en la Presidencia. Habiendo entendido cómo funciona la dinámica política para lograr mantenerse en el poder, Castillo seguirá abusando de éste en lo que considere le conviene, mientras la ciudadanía y la oposición no le pongan el pare.
Al constatar la indolencia de la calle, queda claro que el voto crítico y vigilante que decía que tendría listas “las zapatillas” si este gobierno caía en dinámicas corruptas, decidió engañarse y engañarnos. Un sector se acomodó en el poder, otro aún sigue justificando todo lo que sucede, otro sigue comparándolo inútilmente con Keiko Fujimori (como si siguiéramos en la segunda vuelta), y algunos se desaniman al ver al frente a una oposición que no da la talla y no los representa. Sea cual fuera el caso, Castillo y su entorno no son tontos. Ya leyeron el panorama y aprovecharán todo lo que pueda soportar nuestra “dignidad”. Y parece que tenemos bastante aguante.
Foto: Andina.