Las explicaciones que han brindado tanto el Ministro de Justicia (ver aquí ) como el abogado de Pedro Castillo, Eduardo Pachas, sobre lo que pasó o no pasó en Breña nos han ido demostrando que para este presidente el pueblo no tiene pensamiento crítico ni se da cuenta cuando lo engañan. La estrategia del Ejecutivo, desde que estalló el escándalo de Breña y las visitas de proveedores del Estado a Pedro Castillo y Bruno Pacheco, básicamente ha sido la de dilatar el caso, confundir a la gente y desviar la atención.
La semana pasada, el abogado Pachas brindó una conferencia de prensa bastante ridícula. En ella entró a las explicaciones burdas del color del carro, de la bolsa que llevaba Karelim López, de los espacios de tiempo sin registro. Su propósito habría sido generar desconcierto en la gente de que nada de lo denunciado por la prensa fue real, que todo fue una ilusión para atacar a la pobre víctima que ha llegado a la presidencia para defender al “pueblo”. Nada más alejado de la verdad.
Existe cierto sector de la prensa y de la oposición que se quieren tumbar a Castillo, eso no deja de ser cierto. Sin embargo, esa “excusa” no reemplaza las explicaciones que debería estar dando el Gobierno sobre reuniones extrañas con proveedores del Estado que terminan ganando licitaciones millonarias sospechosas. Las justificaciones del Ministro de Justicia, y las explicaciones del abogado del presidente no satisfacen a nadie y generan muchas más dudas.
Hechos que no tienen explicaciones verosímiles.
- El empresario suertudo que gana una licitación con PetroPerú, el señor Abudayeh, entra y sale al mismo tiempo que Karelim López y Hugo Chávez a Palacio de Gobierno. Días después gana la buena pro por más de 70 millones de dólares, en una licitación extraña en la que se eliminaron a todos los posibles competidores.
- La explicación que da Abudayeh, quien dice que se reunió entre 3 y 15 minutos con el presidente y un experto en producción aceitera, y que no se cruzó con nadie más. Así como lo leen, unos minutitos con Castillo sobre un tema que bien pudo ser un correíto, o un whatsapp (como esos en los que el presidente despide a ministros de Estado).
- La señora Karelim López se reúne inumerables veces con Castillo y Bruno Pacheco antes de que su supuesta representada gane licitaciones por cientos de millones de soles.
- A Bruno Pacheco le encuentran 20 mil dólares en el baño de su despacho en Palacio, los cuales no puede justificar. También existirían chats de Castillo con Comandantes Generales solicitando consideren las gestiones de Pacheco (demostrando que su ex secretario no actuaba por cuenta propia). Pacheco tiene chats presionando por favorecimientos tributarios indebidos a distintas empresas.
- Karelim López le arma la fiesta infantil a la hija de Castillo y visita el domicilio en Breña donde Castillo despacha clandestinamente a dejar algo y a no encontrarse con nadie (nos imaginamos que va a pasar el rato, a ver Netflix o a bailar salsa).
Si todo es tan limpio y transparente, ¿por qué no brindan las explicaciones correspondientes? ¿por qué se ocultan en tonterías? ¿por qué nos vienen con ejemplos como libritos de visitas en la playa de los primos del presidente? ¿por qué no transparentan las visitas? ¿por qué no se despidió a Pacheco cuando saltaron las primeras denuncias? ¿qué relación tiene el presidente con Karelim López? ¿qué gestión hizo López en Breña? ¿a quién fue a visitar? ¿cómo es eso de que fue a “entregar unos documentos” a Castillo? ¿qué hace entregando documentos un proveedor del Estado al presidente? ¿qué tipo de documentos eran?
Para colmo, esta semana han despedido a la gerente de PetroPerú que anuló el contrato cuestionado. Y con la mayor frescura, ayer le volvieron a adjudicar la licitación a la misma empresa denunciada. Ya se dieron cuenta de que pueden hacer y deshacer sin ninguna consecuencia.
Castillo no explica todo esto porque no puede hacerlo y no le da la gana de intentarlo. Puede mandar a distraernos, puede pretender que sus emisarios nos ataranten y nos confunda, pero su actitud de víctima ya no basta.
Aparentemente no ha entendido todo el mensaje. Se le dijo que deje de ocultarse en el sombrero y ofrezca la verdad. Su conclusión fue: “el problema es el sombrero, me lo saco”. Entonces, se lo sacó para unas fotos. Y para él todo está solucionado. ¡Qué terrible que alguien así haya estado enseñando en aulas a alumnos de primaria!
Foto: Fuente: RPP.