En los últimos días, la noticia de que el ministro de economía Pedro Francke deseaba aumentar los impuestos[1] -principalmente a quienes ganan más de 300,000 soles anuales-[2], provocó una serie de críticas que han puesto de relieve la pertinencia de tales medidas, sobre todo en medio de una conjunción de crisis política, económica y sanitaria que continúa.
Como es usual, las opiniones a favor y contra de dicha medida buscaron legitimar o deslegitimar tal iniciativa. Para quienes defienden tal medida, entre ellos el propio ministro, lo más importante es que la actual evasión fiscal (que según Francke equivale a un 8% del PIB; es decir, USD 16mil millones, aproximadamente) impide al estado cumplir con sus funciones básicas, especialmente en provincia, lo cual se evidencia en la falta de infraestructura, hospitales y servicios básicos como agua potable entre otros en los departamentos de provincia.[3] De igual manera, el ministro señala que el Perú está rezagado en la tasa impositiva a comparación de sus pares de América del Sur. Como menciona un reporte del Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE, en nuestro país, la recaudación tributaria (definida como ingresos tributarios totales como porcentaje del PIB) es de 16.4%, la cual nos sitúa por debajo de la media de América Latina y el Caribe y aún más abajo del promedio de la OECD, que es de 34,3%.[4] Desde este punto de vista, lo que priman en tales consideraciones serían criterios principalmente técnicos para aumentarlos y que además estarían justificados por las mencionadas carencias que mellan la calidad de vida de la población.
Del lado contrario, hay argumentos, principalmente políticos y económicos, que no consideran adecuada dicha medida. Por un lado, hay quienes critican que otorgar facultades legislativas al ejecutivo en este momento no es adecuado ya que no están adecuadamente sustentadas a lo que se suma la desconfianza actual hacia la gestión de Castillo. Tampoco habría, según estos argumentos, razón para pedirlas, ya que en caso las consideren necesario, podrían ser enviadas al congreso para su posterior aprobación mediante los canales regulares[5]. De otro lado, hay especialistas que mencionan, por ejemplo, que en vez de elevar los impuestos (y en eso concuerdan con el titular del MEF) habría que reducir la evasión fiscal[6] mediante la formalización de la base contribuyente.[7] Adicionalmente, habría que mejorar la capacidad de ejecución de gasto de los gobiernos regionales[8] -dinero que proviene del monto percibido por las recaudaciones fiscales- ya que en más de una oportunidad han despilfarrado o se han apropiado indebidamente del dinero que se les asigna[9], lo que explica en buena medida esa pobre provisión de servicios básicos mencionada. Finalmente, algunos economistas señalan que subir la carga impositiva sería contraproducente en la actualidad, ya que aún no salimos de la recesión ocasionada por las restricciones sanitarias para controlar el COVID-19[10].
Comparando ambas posturas y sus argumentos, podemos ver que las dos se basan en argumentos válidos y que consideran problemas reales desde puntos de vista técnicos. Sin embargo, tomar en cuenta solo estos criterios tradicionales no permiten considerar otro aspecto íntimamente relacionado con la capacidad de cobrar impuestos, el social, y que es clave para entender las dificultades en materia tributaria. Por lo tanto, es necesario considerar si es que la gente percibe o no como legitimo el cobro de impuestos, lo cual impacta directamente sobre su disposición a pagarlos.
Como lo demuestra una encuesta de 2017, la mayoría de los contribuyentes peruanos tienen una actitud negativa hacia la SUNAT y los impuestos. Por ejemplo, los entrevistados perciben que ese dinero no es usado adecuadamente en la mayoría de casos y que, por tanto, no los beneficia.[11] Esto permite entender por qué hay menos contribuyentes en nuestro país a comparación de otros. Pero esta situación esta lejos de ser única.
En concordancia con la encuesta citada, diversos autores que han realizado estudios en otros países encuentran también que la disposición de los contribuyentes a pagar los impuestos que les corresponden dependerá de que sientan que es legítimo y conveniente hacerlo, como es el caso de países africanos como Senegal.[12] Nuevamente, dichas actitudes están además estrechamente ligadas a que exista una percepción de que el gobierno emplea dicho dinero de manera prudente y que este sirva para el financiamiento de diversos servicios públicos[13]. No obstante, cuando la economía informal prima[14] -como es nuestro caso también-, esa disposición disminuye de manera sustancial[15].
Volviendo al caso peruano, los investigadores Joshi y Ayee encontraron que los ambulantes y conductores informales están más dispuestos a pagar impuestos siempre y cuando el gobierno destine una porción de dicha recaudación para financiar el pago de servicios para los trabajadores de los mencionados sectores. Pero hay un factor que impide su cobro efectivo: la falta de comunicación y sobre todo de negociación con los informales. Otro efecto indeseado de esta falta de representatividad y comunicación es que esto fuerza a que las autoridades “ajusten” más a los formales. Mientras tanto, los informales pagan coimas para que no los persigan, con lo cual el dinero termina en los bolsillos de funcionarios corruptos[16] Si bien conocemos esto por los reportes periodísticos ocasionales al respecto, que dos extranjeros lleguen a las mismas conclusiones demuestra que la llamada “informalidad” esta tan generalizada que no queda otro remedio que brindarle los canales adecuados para que aporte y así se formalice. La solución como señalan los autores, radica en que las medidas tributarias hacia los informales podrán aplicarse exitosamente solo si se les escucha y negocia con ellos[17].
Entonces, la pregunta que surge no es si hay que reducir o aumentar los impuestos -o si no hay que hacerlo nunca-. De lo que se trata más bien, es de que la ciudadanía sienta que esos impuestos la benefician o no y que cobro se adapta a su actividad laboral. En ese sentido, lo que sugieren los párrafos anteriores es que el problema ya no es solo uno político, técnico o económico, es también uno de credibilidad, legitimidad y de eficiencia. Dicho esto, queda claro que los números e indicadores netamente económicos no expresan necesariamente de manera adecuada las percepciones, preocupaciones y demandas de la ciudadanía, cuya actitud es clave para emprender cualquier reforma.
Lejos de solo emprender reformas políticas, económicas, y sociales por separado, estas deben darse en conjunto para construir la base institucional y social formal que necesita toda economía estable, la cual es requisito indispensable para el crecimiento económico sostenible y con ello también para una adecuada provisión de servicios básicos. No obstante, a futuro, sin que el estado use esos impuestos adecuadamente y sin que, de otro lado, se ofrezcan incentivos y se legisle para que el sector privado se formalice en mayor medida (reduciendo la informalidad y creando puestos de trabajo estables y con contratos que beneficien a los empleados, por ejemplo), esa carencia crónica de fondos persistirá en el tiempo y los servicios básicos seguirán brillando por su ausencia.
Foto de ANDINA/Melina Mejía tomada de: https://andina.pe/agencia/noticia-desde-manana-ambulantes-no-podran-trabajar-gamarra-742611.aspx [1] https://elperuano.pe/noticia/132178-ministro-francke-facultades-buscan-mayor-transparencia-en-bancos-y-atacar-corrupcion [2]https://www.efe.com/efe/america/economia/el-gobierno-de-peru-plantea-subir-impuestos-a-ricos-y-exigirle-iva-netflix/20000011-4663277 [3] https://elperuano.pe/noticia/132178-ministro-francke-facultades-buscan-mayor-transparencia-en-bancos-y-atacar-corrupcion [4] Según datos de 2018 https://www.oecd.org/tax/tax-policy/brochure-estadisticas-tributarias-en-america-latina-y-el-caribe.pdf [5] https://elcomercio.pe/opinion/editorial/editorial-los-impuestos-de-francke-noticia/ [6] Ibid. [7]https://andina.pe/agencia/noticia-mef-evasion-tributaria-alcanza-36-del-igv-y-57-del-impuesto-a-renta-719696.aspx [8] https://www.lampadia.com/opiniones/diego-macera/facultades-tributarias-para-un-estado-al-limite/ [9] Para un excelente estudio al respecto ver Burócratas y tecnócratas: La infructuosa búsqueda de la eficiencia empresarial en el estado peruano del siglo XXI. [10]https://gestion.pe/economia/luis-arias-no-es-momento-de-subir-impuestos-cuando-recien-estamos-saliendo-de-la-recesion-noticia/ [11] https://www.ebsabogados.com/uploads/encuesta-pulso-peru.pdf Aun así, 67% está de acuerdo con que los impuestos financien programas sociales del gobierno. [12] Brautigam et al. (6-7 y 197-199: 2008). [13] Ibid. [14] https://www.comexperu.org.pe/articulo/la-tasa-de-informalidad-laboral-solo-disminuyo-del-771-al-734-durante-la-ultima-decada#:~:text=De%20acuerdo%20con%20el%20Instituto,de%20la%20pandemia%2C%20lo%20que [15] Brautigam et al. (6-7: 2008). [16] Brautigam et al. (30 y 199-201: 2008). [17] Brautigam et al. (184: 2008)