Amanecimos con la publicación de nuestro tuitero favorito, Vladimir Cerrón. El ególatra líder de Perú Libre, socio (¿?) del Presidente Castillo, aparentemente no se sentiría satisfecho con la cuota de poder que le habrían dado en el Gabinete de Mirtha Vásquez. Por lo tanto, publicó un comunicado sobre un acuerdo al que su partido habría llegado en una Asamblea realizada el día de ayer.
¿Qué nos dice? Vamos a traducirlo, quitándole la pomposidad ideológica que le fascina a Cerrón para detallar puntualmente lo que pretende comunicarnos:
PRIMERO: Identifican un giro del Gobierno hacia la centro derecha (¿alguien más se ha reído al leer eso?), auspiciado por los cucos que siempre usa la izquierda radical: empresarios, ONGs extranjeras y bla, bla, bla. Tilda al Gabinete de “caviar”. En eso se parece a la extrema derecha – ¿ven? Los extremos tienen mucho en común – que grita que todo aquel que no es de su simpatía o no cree en radicalismos es un “caviar”. En fin.
SEGUNDO: Menosprecian a Dina Boluarte y a Betssy Chávez. Las reconocen como militantes (actuales), pero indican que el partido no las propuso y por lo tanto no lo representan. Ah…y está molesto por la filtración del chat en el que conspiran Bellido y compañía contra ellas dos y otros ministros. Piensan pasar por un proceso disciplinario contra el que pasó los pantallazos a la prensa.
TERCERO: Ya no les interesan las «chambitas” que les estaban dando. Pataleta, puchero y «ya no quiero».
CUARTO: Anuncia recomposición de su bancada, es decir, se partiría entre el ala cerronista y el ala del Presidente Castillo (“afines al magisterio”). En cristiano, que Castillo se quede con sus congresistas maestros (sí, los que no han jalado los exámenes para ser profesores) y los afines a ellos, y que los radicales cerronistas se queden de lado de Cerrón y su extremismo.
QUINTO: Invoca a sus congresistas el negarle la confianza al “gabinete caviar” que lidera Mirtha Vásquez.
En conclusión, ¿Qué ha pasado? Cerrón y su cúpula dicen estar molestos porque solo les dejaron un puesto en el Gabinete: su abogado. Eso no es suficiente. Osea, que estén prófugos de la justicia algunos de los integrantes de “Los Dinámicos del Centro”, y que sea la policía la que deba de ubicarlos y capturarlos, y que su ex abogado dirija la PNP desde el Ministerio del Interior, NO LE BASTA. Además, para variar, nos indica que todo aquel que no comulga con sus ideas – autoproclamándose él ser el dueño de la izquierda verdadera – es un traidor. Hasta pro-yanqui, dependiendo del humor de don Vladimir.
Luego del lanzamiento de su bravata – o comunicado, como quieran llamarlo – nos dice que no pasará a la oposición (¿negarías la confianza y pretendes seguir siendo aliado?) y salen algunos congresistas de su partido un poco desconcertados y con declaraciones poco consecuentes. También sale su amigo Cevallos – el ministro de Salud que se acomoda a quien tenga mayor poder dependiendo del día – a dar a entender que espera que las cosas se calmen y se llegue a la unidad y reflexión. Luego salen a la luz declaraciones de Castillo criticando a los que creen que pueden cambiar el Perú con un tuit. En fin. Pelea de callejón.
¿Les creemos la pelea? No lo sé. Tenemos nuestras dudas. Podríamos inclinarnos a creerla un poco más si es que Castillo removiera al Ministro del Interior, como corresponde. Pero de peleítas y shows ya estamos curtidos. Venimos de un quinquenio en el que veíamos cómo los hermanitos Fujimori se peleaban, o leíamos chats del “mototaxi”, para poder determinar si es que habría o no estabilidad política en el país. Eso nos llevó al borde de lo patético.
Así que nada, a observar, desde un Punto Medio cómo nos dirige una clase política de terror, y ver cómo afectan nuestra vida y economía. Una lástima estar metidos en este drama de la izquierda irresponsable. ¿Y la derecha? Está en otra. Si ni siquiera lograron presentar la moción de censura contra un Ministro con denuncias de antecedentes terroristas, ¿qué podemos esperar de ella?
Con mucha lástima les decimos que gracias a nuestros políticos podríamos morir de hambre o por COVID, pero jamás de aburrimiento. Hay show para rato. Chapen su batea, inflen sus globos de agua y a pelear en el callejón.
Foto de Twitter de Vladimir Cerrón.